Gabino Araya Blanco (1834-1914)

Por Fernando González Vásquez

A don Trino Echavarría Campos (1907-1970) debemos los ramonenses valiosos aportes a la historia del cantón. Entre ellos, el rescate de la memoria de tantos personajes que de lo contrario hubieran caído en el olvido. Tal es el caso de Gabino Araya Blanco, soldado de la gesta heroica del pueblo costarricense contra los invasores filibusteros en 1856-57. Aun es cercana la conmemoración del 150 aniversario de esta efeméride y por lo tanto propicia la ocasión para evocar a este personaje.


Si bien Echavarría, en su “Historia y Geografía del Cantón de San Ramón” (1966) nos dice que Gabino Araya llegó a este pueblo en 1860, cuando “solo era montaña”, la verdad es que lo hallamos enlistado, en 1856, como ramonense, junto a otros 45 soldados que salieron ilesos (Archivo Nacional: Guerra y Marina, 9150; datos facilitados por el historiador Raúl Arias S.).


Presuntamente nació en el año 1834, sin que sepamos su lugar de origen. Hijo de Santiago Araya y Josefa Blanco, muy joven, con tan solo 22 años, estuvo en la guerra. La juventud fue común en la Campaña Nacional. Echavarría relata que este hombre, en sus mocedades, se afincó en las selvas de La Paz (hoy Piedades Norte) donde levantó su rancho y se dedicó a la agricultura. Allí conoció a quien sería su esposa, Juliana Custodia Mesén Mora, hija de Bernardo Mesén y Juana Mora, oriunda de Pacacua. Su matrimonio tuvo lugar en San Ramón, el día 19 de abril de 1869.


En busca de mejores condiciones para su hogar, Gabino y su esposa se trasladaron hasta el caserío de San Pedro (hoy distrito de Alfaro), donde construyeron su propia casa en medio de un lugar que todavía era selvático. Araya gestionó ante el gobierno de la República, la creación de una escuela para el pequeño poblado; después de lograrlo fue el primer presidente de la Junta de Educación. Posteriormente se le nombró Juez de Paz. Debido a su nobleza y honradez, fue también miembro destacado de la Junta Itineraria y presidente de todas las juntas electorales, tal era su espíritu cívico. Contribuyó, como parte de la organización, a la construcción de la ermita del lugar.


Don Gabino se distinguió por ser fiel devoto de la Inmaculada Concepción de María. Es por ello que cada 7 y 8 de diciembre, su casa se engalanaba de fiesta con la visita de sus amistades y el respectivo rezo a la imagen que lucía en su hogar.

Entre los oficios que realizó, en primer lugar está el de agricultor; también fue hachero, carpintero y boyero. Poseía cañales y un buen trapiche, por eso era común verlo en San Ramón los domingos, ya anciano, venir con su carreta cargada de tapas de dulce desde el Bajo de los Araya, que él fundó, a comerciar su producto.


Según cuenta Echavarría, “se reunía con sus hijos a quienes les contaba episodios de la Guerra Heroica en la cual un día él participó con honor y brillo”. También nos dice que siempre portaba la medalla que le fue entregada el 15 de setiembre de 1895, a sus 61 años de edad, y que tenía la siguiente inscripción: “A los soldados de la Campaña de 1856 y 1857. La Patria Reconocida”.


Don Gabino Araya Blanco murió el 23 de marzo de 1914. Su obituario apareció en el número 206 del semanario El Ramonense, del 29 de marzo de ese año, con la siguiente nota: “Gabino Araya, soldado del 56 y vecino del distrito de San Pedro, murió el lunes de la semana última” y más adelante, bajo el título de defunciones: “Gabino Araya Blanco de 80 años vecino de San Pedro”.


Don Trino escribió: “No hay ninguna inscripción sobre su tumba ignorada, pero los que veneramos la memoria de estos próceres tenemos en nuestro corazón grabado el recuerdo de estos compatriotas que en la paz y en la guerra dieron todo, con sinceridad, con amor y con fe”. Hacemos eco de esas palabras con este pequeño homenaje al recuerdo de un labriego sencillo que como muchos otros merecen figurar en las páginas de la historia por su aporte a la libertad no solo de Costa Rica, sino de Centroamérica.

Actualidad, historias, y personajes de San Ramon de Alajuela