Fernando González Vásquez
El 15 de setiembre de 1940 se publicó en la Imprenta Acosta de San Ramón, el primer número del “Cuaderno quincenal de cultura” Surco, cuyo director fue Raúl Zamora Brenes. Su administrador local lo era Edwin Salas Bermúdez y en San José, Rodrigo Facio Brenes.
Del editorial de este primer ejemplar del cuaderno, extraemos el siguiente párrafo: “Aquí en esta tierra se abre el surco para la siembra fuerte. La simiente de luz que en este valle se riega no cae jamás en pedregoso suelo … Porque de inteligencia sensitiva es la tina, la transparente, la cristalina tez de esta atmósfera de San Ramón en donde las ideas echan flor antes de que el viento se las lleve en los hombros al olvido. / El surco recto engalana de contento el corazón del labrador. Será este un SURCO recto que llenará de alegría el corazón de cuantos labran el suelo patrio. Este SURCO será trinchera también para la defensa de todas las cosas nuevas, por bellas, por fecundas y por dignas de difusión y de defensa. / Aquí está el SURCO. Lo aró la primavera.”
Con 16 páginas, contiene los artículos de Isaac Felipe Azofeifa “Educación para la democracia”; “A propósito del quince de setiembre” de Carlos Monge Alfaro; “Cuál debe ser nuestra posición ante el momento internacional?” de Fernando Fournier Acuña; seguidamente un segmento de “Instantáneas” o breves noticias, entre ellas “Habrá universidad” y “Mataron a Trotsky”; continúa con una nota de Gastón Miralta denominada “Autoridad y libertad”; “Palabras de García Monge en la escuela Jorge Washington de San Ramón, en la noche del 11 de setiembre de 1940”, que es una reconstrucción de una parte de la disertación del maestro García Monge, realizada por Bertalía Rodríguez, entonces directora de la recién inaugurada escuela. A continuación, un poema de Félix Ángel Salas titulado “Abre el surco” y que dedica precisamente a la señorita Bertalía Rodríguez; “Fraternal” de Reinaldo Soto Esquivel “en la trágica muerte de los niñitos Zamora González”; “Glándulas endocrinas y hormonas” de Marcelino Coto; “Vibre la mujer” de Edwin Salas B. y “Pasó una mujer” de Bertalía Rodríguez, ambos artículos dedicados a la memoria de Ermelinda Mora de Morera. Finalmente, este primer número contiene “Un cuadro de Willete”, escrito por Lauro Armaz.
Como es notorio, desde su inicio la publicación contó con el aporte de destacados intelectuales josefinos: Rodrigo Facio, Carlos Monge Alfaro, Isacc Felipe Azofeifa, Joaquín García Monge entre otros. Y es que, recién fundada la escuela Jorge Washington en San Ramón -19 de noviembre de 1939- su directora Bertalía Rodríguez López, conformó el Centro Cultural San Ramonense y organizó en dicho centro de educación conferencias con las personalidades más doctas de la época. Es de destacar la figura de Roberto Brenes Mesén, otro gran pensador muy afecto a San Ramón. Con este inmenso potencial intelectual, es que nace la revista Surco, con una orientación netamente cultural, reflejando así una característica muy marcada entre los ramonenses. Por su parte, las páginas de Surco dieron cabida lógicamente a figuras ramonenses como Reinaldo Soto, Edwin Salas, Trino Echavarría, Bertalía Rodríguez, Rafael Lucas Rodríguez, Raúl Zamora, José Joaquín Salas, Félix Ángel Salas. En las ilustraciones de la revista, destacan los grabados en madera de Edwin Salas Bermúdez; correspondió ilustrar la portada del primer número a Olger Salas Elizondo, utilizando la misma técnica.
Ocho números del cuadernillo quincenal Surco se publicaron en San Ramón; el último de ellos correspondió al 29 de diciembre de 1940. En adelante, convertido en revista pasó a ser el órgano oficial y publicación mensual del Centro para el Estudio de Problemas Nacionales, editándose en la Imprenta Borrasé de San José, a partir del 2 de febrero de 1941. Como es sabido, dicho Centro fue el precursor de la social democracia en Costa Rica, protagonista de los grandes movimientos políticos de la convulsa década de 1940 y en última instancia responsable de los grandes cambios socioeconómicos de finales de dicha década.
Breve fue la existencia de Surco en San Ramón, sin embargo fue la verdadera simiente de reflexión y espacio cultural que más tarde tendría grandes repercusiones en la vida nacional.